Año después, por motivos laborales y compromisos
adquiridos, tuvimos que afrontar una separación que duró dos años; tiempo en el
cual las alegrías y tristezas llegaron a nuestro matrimonio. Afortunadamente en
el verano del 2008, en la ciudad de Grand Rapids-MI, nos reencontramos y
tomamos decisiones trascendentales para nuestra vida, dejando a un lado las
aspiraciones y comodidades laborales y comenzar “desde abajo”; construir y
proyectar nuestra vocación de servicio en tierra extranjera, teniendo como base
la familia. Fueron más de tres años de compartir, escuchar, aprender de las
familias hispanas con las que teníamos contacto. Gracias a ello y a las
parroquias que nos permitieron brindar el primer fruto de esta decisión: una Escuela de Padres de Familia, entendimos
que Dios nos tenía un propósito en nuestra vida como pareja.
A finales del año 2011 llegamos a la Diócesis de
Raleigh, con los objetivos puestos en aportar nuestro “granito de arena” en el
trabajo con la comunidad hispana. Hoy, y gracias al apoyo recibido por Nuestro
Obispo Michael F. Burbidge, Pastor de la Diócesis, hemos implementado proyectos como: Curso
Pre-Matrimonial: “Sí, Acepto”, Encuentro de Parejas: “Felicidad, la Gran
Cosecha en el Matrimonio”, Escuela de Padres de Familia: “Fortaleciendo
la Familia desde la Parroquia” y el Programa de Educación Sexual para
Padres de Familia (más información en nuestra página www.iglesiasdomesticas.com ). Hacemos parte del equipo de parejas que colaboran en la página web: www.portumatrimonio.org y en la Asociación Nacional Católica de Ministerios
de Vida Familiar para la Comunidad Hispana (NACFLM por sus siglas en Inglés)
No ha sido fácil. Todavía continuamos en el proceso de
adaptación; no solamente a la cultura angloamericana, sino también a las diversas
formas y maneras de expresión que enriquecen la cultura hispana. Extrañar la
familia, sentirnos indefensos; aceptados
por un determinado número de personas que
creen en nuestra raza, en ocasiones hacen flaquear nuestra vocación de servicio
como se debe entender el Sacramento del Matrimonio y lo afirma la Exhortación Apostólica
Familiaris Consortio en el Numeral 65. Pero, cuando tienes claro que nuestra
perspectiva es el “Encuentro con el otro”,
que está en la “Periferia Existencial”
y te apoyas de la oración y vivencia sacramental y comunitaria de nuestra fe,
tiene sentido esto; vale la pena pensar que no todo debe ser tener y comprar,
sino dar sin importar el color de la bandera.
Estimadas Familias, los invitamos
para que acrecentamos nuestra opción desde el hogar por la familia o la “Iglesia Doméstica”; busquemos desde la Parroquia,
la manera de crear o fortalecer grupos conformados por parejas que deseen compartir
la Palabra de Dios y profundizar documentos y reflexiones que Asociaciones y Movimientos
de vida Familiar elaboran.
Les aseguramos, que
vale la pena trabajar por la base
fundamental de la historia humana: la Familia.Para más información, visite: www.iglesiasdomesticas.com
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