Por Megan y Juan
¡Por fin
nos casamos!
Hemos estado casados ya dos semanas, y, aunque
sea cliché, ha sido una locura. Este es nuestro primer blog como una pareja
casada, y cuando me senté para escribirlo, honestamente no sabía de qué
escribir.
Podría haber escrito de la boda en si, como
despertamos a las cinco por la mañana, 5 horas y media antes de la ceremonia, a
descubrir que la electricidad estaba cortada y también el agua, y un árbol masivo
había caído en la salida de autos, todo resultado de una tormenta la noche
anterior, y como Juan pasó la mañana de nuestro día de boda ayudando a mi papá
a sacar el árbol. (Es un hombre del campo, así dijo que era su estilo de todos
modos). Ahora, nos reímos, pero la situación no era muy divertida a las cinco
de la mañana antes de tomar café. Pero, de alguna manera, todos llegaron a
tiempo a la iglesia.
O podría haber escrito sobre nuestra “primera
mirada” en la iglesia, y que tan maravillosa era tener algunos momentos
preciosos para orar juntos antes de la ceremonia. Creo que es muy recomendable
tomar un par de minutos antes con tu novio/a antes de la ceremonia para orar y
preparar para lo que van a hacer. Te dará mucha paz, y tranquilizará a tus
nervios.
O podría haber escrito de cómo era perfecta la
ceremonia. Como fue uno de los momentos más felices de mi vida, y que alegría
sentíamos al decir nuestros votos antes Dios, familia, y amigos, escuchar tu
amado prometer a amarte y honorarte para el resto de su vida, o que hermoso era
tener nuestra primera comunión como pareja casada. Como sentimos tanto
agradecimiento por la bendición de Dios. Mis mejillas me dolieron después de
sonreír tanto.
O podría haber escrito que triste era que la
familia de Juan no podría estar. Sus padres nunca habían subido un avión antes
y estuvieron muy nerviosos para hacer el viaje largo a un país donde no hablan
la lengua. Los extrañamos mucho durante la ceremonia y celebración.
O podría haber escrito de que tan hermoso fue
la recepción, o la alegría de despertar el día siguiente al lado de mi esposo,
y que tan maravilloso fue pasar un par de días juntos en el lago superior,
pasear en canoa, pasear en bici, y los fuegos en las rocas en la orilla del
lago por la noche, y tener la oportunidad de conocernos como marido y mujer.
O podría haber escrito de como toda la alegría
y felicidad fue mixta con la tristeza del fallecimiento de mi abuelo la semana
antes de la boda, y como pasamos nuestra última semana en los Estados Unidos en
asistir a su funeral, o que tan hermosa era la misa de funeral, y que tan rico
era ver a toda la familia de nuevo y ver a mi sobrina de 18 meses bailando
durante el almuerzo después. A mi abuelo le hubiera encantado esto.
Pero voy a escribir un poco de otro momento.
Después de una noche loca en Atlanta tardados con
un retraso de 12 horas de nuestro avión, siendo puestos en un hotel por el
aeropuerto, durmiendo cuatro horas, y regresando al aeropuerto a las 5 de la
mañana, finalmente subimos el avión para ir de regreso a Chile. Antes de
empezar el vuelo, la azafata caminó por los pasillos con formularios para la
aduana. Los llevaba elevados sobre su cabeza y dijo, “formularios de aduana,
uno por familia.” Uno por familia. Esto fue Juan y yo. No creo que realmente me
había dado cuenta hasta ese momento. Por la gracia de Dios, habíamos, solo la
semana antes, convertido en una nueva familia pequeñita. Dios nos había tomado
y creado algo nuevo, y nos había hecho uno en amor. Es lo que hace Dios. Él
ama, crea, y ama lo que crea.
Las personas me han preguntado varias veces desde
la boda si me siento distinta. En verdad, sí. Siento distinta porque es distinto.
Me encanta la permanencia de lo que hemos creado, lo que Dios ha unido. Me encanta nuestra nueva familia. Y
me encanta poder vivir mi vocación, vivir el sacramento. Me encanta la gracia del sacramento,
y saber que Dios estará siempre a nuestro lado. Es un gran consuelo para dos
pecadores que seguramente pasaremos el resto de nuestras vidas aprendiendo como
hacer bien este proyecto.
Bueno como dije, han sido dos semanas locas,
estresantes, alegres, emocionales, y llenas de amor. Gracias a Dios, ¡ESTAMOS
CASADOS!
No hay comentarios:
Publicar un comentario