miércoles, 1 de julio de 2015

Cuántas horas trabaja la mujer en casa?

Hace algunos años presentaba a un grupo de mujeres un ‘video’ en diapositivas, hecho en Perú, titulado ‘Sin sueldo ni horario’. Esta proyección se refería a la situación de la mujer en muchas partes aún hoy: muchas horas de trabajo en su casa sin un horario fijo y sin sueldo; su esposo, en cambio, se atiene a la jornada laboral establecida legalmente y cobra mensual o semanalmente un sueldo determinado.

Estas mujeres al regresar a sus casas comentaron con sus maridos lo que habían visto y plantearon el reclamo por la injusticia que se está cometiendo contra ellas. El estimado Lector puede imaginarse la protesta que se me vino encima por parte de aquel grupo de esposos por haberle abierto los ojos a sus mujeres !!.

De todas formas, la injusticia es evidente. Cuántas horas trabaja la mujer en casa?. Y, sobre todo, la mujer que debe luego cumplir un horario de oficina… Se levanta antes que el esposo y los hijos para preparar el desayuno de todos, para organizar el vestuario de escuela de los niños, para dejar ya listo el almuerzo; por la tarde, al regreso del trabajo, la jornada se continúa en casa: lavar y aplanchar la ropa, preparar muchos detalles para el día siguiente, etc. Y así uno día tras otro.

La situación para el esposo es diferente: al levantarse ya encuentra servido el desayuno y la ropa para vestir está pronta; cumple las 8 horas de jornada laboral; regresa a casa, se pone las pantuflas y se sienta a leer la prensa del día, a ver los programas de televisión, y a cenar cuando llega la hora; cobra su sueldo al final del mes, hace el balance del período (entradas y salidas), paga las deudas, reserva el dinero necesario para los gastos de casa.

Una falla muy frecuente entre los esposos es la de no tener presente que el sueldo que se ha ganado, en buena parte se debe también a la esposa que tiene en casa y que atiende a los oficios de una buena ama de hogar. A veces los esposos olvidan las necesidades personales de sus esposas y, si acaso las atienden, lo hacen con mezquindad. La suerte de muchas mujeres casadas, todavía hoy, es la de una mujer sin sueldo ni horario.

El Papa Juan XXIII ya habló en su tiempo del ‘salario familiar’ aludiendo a la justicia laboral de las empresas que deben reconocer un salario justo a los obreros y empleados en razón de la familia que poseen: una esposa y unos hijos. También el Papa Pablo VI hizo referencia en la encíclica Laborem exercens al reconocimiento que se merece la esposa y madre por su trabajo dentro del hogar.

Con la liberación de la mujer, fenómeno de nuestra época, la mujer se ha liberado del trabajo dentro de la casa de familia, se ha profesionalizado y se ha abierto al mercado laboral fuera del hogar. Ser ama de casa es también una profesión. La entrada en el marcado laboral conlleva el abandono de los quehaceres hogareños y, muy especialmente, dejar el cuidado de los hjjos en manos de una empleada. Este fenómeno ha generado conflictos conyugales y familiares: divorcio, administración independiente de los salarios, egoísmos individualistas.


Ésta es una situación concreta que los novios deben resolver cuando planean su futuro matrimonio: acordar el ‘patrimonio común’ en virtud de que a partir de entonces “serán una sola carne”, una persona conyugal; ya no contará tanto el YO o el TÚ, sino el NOSOTROS de pareja: nuestro amor, nuestro proyecto común, nuestro futuro, nuestros hijos, nuestra felicidad. El individualismo que campea en nuestro medio ambiente es una ‘bomba de tiempo’: si  no trabajamos por la solidaridad conyugal y familiar, tarde o temprano hará sentir los estragos !!!. Se debe tener presente que el varón responsable normalmente es un buen trabajador y ella en casa una buena financista para la administración. El trabajo de uno y otra es digno y merece reconocimiento y respeto. Con el patrimonio conyugal se funda y construye el patrimonio familiar.

Para más informacion, visite: www.iglesiasdomesticas.com

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