miércoles, 1 de octubre de 2014

Por qué celebrar los 15 años de su hija?

Una de las fiestas a la cual nosotros los hispanos o latinos  dedicamos un buen tiempo, es la celebración de los 15 años donde las justificaciones son interminables. Los hacemos en honor a nuestra hija por su nueva etapa que comienza; en alegría porque una de nuestras familiares se merece esto y mucho más; en acompañamiento porque es la hija de mi mejor vecino y debo estar presente; en elección porque hago parte del grupo de chambelanes, damas o padrinos; en fin, las razones son muchas para tal ceremonia o recepción. De todo esto, usted se ha  puesto pensar cuánto vale en términos económicos la fiesta?, cuánto vale en sacrificio, tiempo y dedicación la logística para tal evento?

La celebración de los 15 años se remonta a los  Aztecas y Mayas de México, quienes realizaban ritos de pubertad para indicar la entrada a la vida adulta y la aceptación de responsabilidades de las mujeres. En estas culturas, al llegar a la fecha de 15 años, las jóvenes salían de la familia a la escuela telpochcalli donde aprendían la historia, tradiciones de su cultura y se preparaban para el matrimonio. Con la conquista, los españoles, que eran católicos, incluyeron en la tradición indígena la Eucaristía. En el siglo XIX, el emperador de México, Maximiliano y su esposa Carlota, introdujeron  el vals y  vestidos elegantes. En el 2004, la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos aprobó una liturgia específica para esta celebración, durante la cual se presenta a la joven ante la comunidad parroquial ya como persona adulta y recibe una bendición que incluye –según el texto de los obispos- “el compromiso de la quinceañera con Dios y con la Virgen María para vivir su vida de acuerdo a las enseñanzas de Cristo”.

De todo esto podemos decir que la fiesta de 15 años tiene dos objetivos importantes: El primero, es la acción de gracias que los padres hacen en la Eucaristía por ser formadores de un ser que ellos procrearon con amor y que durante este tiempo fueron sus guías en cada lágrima y risa que ella pudo sentir; y el segundo objetivo, es asumir por parte de la quinceañera las responsabilidades, toma de decisiones lógicas, importancia del servicio en la familia y en la comunidad que a partir de este momento ella adquiere. La fiesta de los 15 años no es: un vestido costoso, una limosina, una recepción con todas las comidas, cerveza y licor de todos los sabores y colores; un alquiler de un salón, una contratación de grupos musicales o DJs; una decoración exagerada, etc. La fiesta de 15 años es una ceremonia sencilla pero sobria, con invitados pero allegados a la familia; una recepción pero con lo necesario; una comida pero compartida con amor; un fiesta pero sin exceder en la música y en el licor.  Recuerde que la celebración es para su hija, no para todo el vecindario.

Si económicamente usted es de las personas que podría “tirar la casa por la ventana” como decimos coloquialmente, pues hágalo, ya que hace parte del grupo minoritario que no le afecta la crisis económica por la que estamos pasando. Pero si el caso es diferente, lo invitamos a que sea sencillo en este acontecimiento; su hija lo entenderá si hay un diálogo fraterno con ella.

Pueda ser que la fiesta de 15 años que dura un poco más de doce horas, no se  convierta en  quince años de deuda con el banco, pérdida de la casa que con tanto sacrificio compró o problemas con su  amigo que le prestó el dinero. 

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