Hace
238 años en la ciudad de Filadelfia, Los Estados Unidos firmaron la Declaración
de Independencia de Gran Bretaña, hecho trascendental en el que quedaron proclamados
dos principios básicos que recogieron posteriormente los grandes textos sobre
derechos fundamentales: «libertad e igualdad». Es por ello que
cada 4 de Julio la fiesta de la independencia de los Estados Unidos se vive con
tanta intensidad, pasión y alegría, donde la familia Anglo-americana celebra
este día festivo desde muy temprano: visitando el lugar turístico de su Estado,
almorzando juntos, compartiendo una
tarde caminando en la playa o visitando la casa de los abuelos; y en la noche disfrutando del espectáculo de
los juegos pirotécnicos que cada pueblo ofrece a sus ciudadanos, residentes y
extranjeros.
Lo
interesante de este día para lo que nacimos en otros países, es lo que deberíamos aprender de los anglo-americanos
en torno al patriotismo y sentimiento con el que escuchan o entonan su Himno
Nacional. Vale la pena que diéramos un vistazo en la noche de las luces y
juegos, cómo los abuelos y padres les
enseñan a sus hijos el respeto y el sentimiento con el que deben interpretar el
Himno, a tal punto que muchas familias dedican unos cuantos minutos para
explicarles a sus menores el significado y valor que tiene la palabra
Independencia. Ejemplo interesante de imitar ya que muchos de nosotros pensamos
que la fiesta de la independencia es bailes, festividades, comida, música y llevar
la bandera estampada en el carro o en la playera.
Entendamos
que independencia es el acto que tienen los pueblos, las comunidades, los
grupos sociales, los extranjeros de exigir derechos pero al mismo tiempo de
cumplir con los deberes; es la línea divisoria entre mi libertad y la
privacidad del otro; es el acto en el
cual se recuerda la historia de aquellos que hace muchos años lucharon por sus
derechos; es el acto de patriotismo por lo que somos; es el acto de recordar de
dónde venimos, es el acto de enseñanza para que nuestros hijos entiendan y
celebren en los años venideros este magno evento.
La
independencia de los Estados unidos que celebraremos esta semana-así seamos
extranjeros- debe llevarnos a
reflexionar el significado que le hemos dado y trasmitido a nuestros hijos.
Sería interesante que evaluáramos nuestra vida para saber si somos
independientes de los malos comentarios, adicciones y vicios que el mundo nos
ofrece, o al contrario, somos dependientes del qué dirán, de la moda, de lo que
está haciendo o comprando mi vecino para también hacer lo mismo.
Feliz 4 de julio, Dios bendiga a toda
América, desde el norte hasta el sur.
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