El Evangelio de San Mateo
nos trae uno de los milagros más importantes que Jesús hizo frente a un grupo
mayoritario de personas que lo seguían hasta obtener del Maestro su compasión y
curación para aquellos que estaban tristes y enfermos (Mateo 14:13-21). Este
gran acontecimiento se conoce como la multiplicación de los panes y peces; de
hecho, este milagro es tan trascendental que lo podemos encontrar en los otros
tres evangelios (Marcos
6:30-44, Lucas
9: 10-17 y Juan
6: 1-15). Los invitamos para que nuevamente
lea este pasaje bíblico
y analice las cuatro acciones (tomar, mirar,
bendecir y partir) que hace Jesús con los cinco panes y los dos pescados, de tal forma
que podamos repetir este milagro en nuestros hogares y parroquias:
v Cuando
Jesús toma en sus manos los panes y los pescados para suplir el hambre
en la gente nos está enseñando la
importancia de tomar en nuestras manos los problemas que hay en la
familia, tomar las riendas del servicio que la parroquia a la cual
perteneces necesita.
v Cuando
Jesús alza la mirada al cielo para pedir a Dios Padre por el milagro nos
está enseñando que debemos de mirar al cielo y contar siempre con Dios
en cada cosa que vayamos a realizar; nos está enseñando que cualquier proyecto
que podamos ejecutar siempre contemos con Dios para todo.
v Cuando
Jesús pronuncia la bendición sobre los panes y peces nos está enseñando
que la oración nos da la confianza para asegurar el milagro; nos está enseñando
que la oración debe ser un soporte importante en cada objetivo que nos
propongamos.
v Cuando
Jesús parte y da los discípulos los panes y los peces para la gente, nos
está enseñando que debemos de partir
y repartir nuestros talentos entre la familia y la comunidad para que entre
todos podamos aportar nuestro granito de arena en la construcción de una nueva
sociedad.
Lo
interesante de este milagro es que
sobraron 12 canastos, todos comieron (había más de cinco mil personas).
¿Se imagina si usted toma el problema de su familia o comunidad con
seriedad, cuenta con Dios para resolverlo, ora confiado en el
milagro y brinda su talento al
servicio de su familia o siendo parte activa de la parroquia?
Seguramente
sobrarían muchos canastos llamados talentos, oportunidades de trabajo, amor y
compasión al necesitado, apoyo al paisano y muchas cosas más en tu comunidad.
Te
invitamos a poner en práctica este milagro comenzando por tu familia y proyectándolo
a la comunidad.
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